Antes de marcharse, me daba un beso en el cuello.
... Era un beso suave y largo...
Lo hacía porque creía que me volvía loca, pero yo sé que no era más que una excusa para hundir su nariz en mi pelo, recoger mi olor y llevárselo hasta que volviese.
.... eso era lo que realmente me encantaba...
[A él porque hay un millón de cosas que todavía no sabe
y que yo me muero por enseñarle]
Porque hay cosas que nunca tendrán fecha de caducidad [desayuna-me- pepito]