domingo, 22 de febrero de 2009

Pi...3´141



Creo que nunca podrías hacerte una idea de lo que siento, ni de cómo lo siento. Creo que por muchas veces que te columpies cara al viento, nunca sabrás el contraste de sentirme la sonrisa despeinada, y el pelo sonrojado por olerte en cada momento, de rogar que el viento sople tan fuerte que volar no sea sólo un intento. Que si alguna vez conocieses que es sentir tus manos alrededor de mi cuerpo, pondríamos nombre a la monotonía de las sabanas alrededor de tu cuerpo.

Y si quieres repetimos. Si quieres yo pongo a tu nombre y apellidos todos los abrazos, todos los besos, todos los sueños… y nos pasamos tres días encerrados en una habitación de hotel que albergue que aunque seamos pares en eso de vivir, todavía podemos convertirnos en un sólo fuego… una hoguera donde sentarse a leer el resto de nuestras vidas, un mismo cuento de esos con final feliz [siempre fui de esas chicas que dibujan corazones en los puntos de las íes]

Y si quieres apago las luces te cojo la mano y escribo cien mil veces en tu piel cualquier canción de Bruce Springsteen, donde convertirme en la reina de tu supermercado. Si quieres olvidamos para qué sirve la ropa y me quedo a mirar tu corazón. Porque esta noche sólo deseo volver a camuflar mi piel bajo la almohada de tus besos, intentando borrar de mi horizonte todas las trabas que me impiden avanzar hacia la clara manta de silencios que discurren de tus labios si una noche amaneces en el desierto que supone amanecer al otro lado de tus [a]brazos.

Tan sólo se trata de refugiarse de toda esa sarta de ignorantes, que sin conocer las respuestas acertadas, siguen dando su consentimiento antes de besar…

Bésame náufrago… ese es el capítulo que toca en nuestro cuento sincontar.

domingo, 15 de febrero de 2009

Sentimientos de papiroflexia


El tiempo construye maneras de evitarnos, de esquivarnos. Nos enseña a mirarnos de reojo, a desconfiar, a abrir los ojos, a no soñar, a correr sin mirar a atrás, a no respirar, a explotar… Y mientras te alejas yo sigo pensando que hay rincones que nunca llenare si te vas.

A él y a todas las cosas que nunca supimos contarnos.