viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz 2011


Y vuelve a pasar una vez más,

Otra vez se le acaban las hojas a mi calendario,

Y nos preparamos para que el 2010 deje de respirar,

Y el 2011 se acerca pisando fuerte.

Y tengo que decir adiós a los viajes furtivos a Madrid,

Y a Vitoria, Bilbao, Logroño, Valencia y Zaragoza…

Al año de los bizcochos y las galletas caseras,

Al año de las compras, y del maquillaje,

Al año de los embarazos cargados de ilusión,

Al año de los pasos firmes hacia delante, a las vacaciones en familia,

A la cena de nochebuena, que creo será la última bajo dicho techo.

Al año en que empecé a creerme que podía llegar a ser algo profesionalmente,

Al año en que sin saberlo iría al arenalSoundFestival,

A los teatros y nuevas amistades, al año de los spas,

Y mientras enumero un sinfín de recuerdos… al 2010 le cuesta seguir respirando,

Y yo inevitablemente sonrío, porque nunca he tenido tantas ganas de que pasase un año.

Y es que el 2011 va a ser mi año. Y ya tengo ganas de que nos conozcamos.

Porque mis sueños son más tangibles que nunca.

[Mi casa. Mi despacho. Mi libro. Mis planes de boda. Mis ganas. Y yo, te damos la bienvenida 2011!]

sábado, 11 de diciembre de 2010

No reconozco


No reconozco a ese tipo que mira asustado
desde el espejo de las escaleras mecánicas.
Allá donde todos miran buscando, qué sé yo,
tal vez una sumergida Atlántida
o un mechón rebelde,
algo perdido entre los recuerdos o los dientes.
Será simplemente que no estás a mi lado.

Salgo a la calle después de comprar viejos discos
que me recuerden, como no, a ti.
La distancia y el amor tienen esa costumbre
de mezclar el placer con las ganas de sufrir.
Salgo a la calle y enciendo un cigarro
-no pude dejarlo, ya sabes-
pensando que tal vez el humo se ha de llevar
mis plegarias hasta ti.

Ya ves que la vida tiene el mal gusto
de seguir su curso sin contar conmigo.
Todo parece un decorado triste y obsceno
porque no estás tú.
Ya ves que el mundo no tiene la delicadeza
de pedir perdón por echarnos a un lado
de malas maneras para seguir su camino.
Todo parece un teatro mal interpretado,
amarillo, cuarteado,
porque no estás tú,
porque no están todas las noches de marzo
que yo te he robado nadando en tu ropa,
todos lo demonios buenos,
todos los deseos naciendo en tu boca.

Luchando con las arañas grises del olvido,
como el hombre menguante en un inmenso Madrid,
busco mi coche perdido. Lo encuentro hundiéndose
como el vapor que abandonó Lord Jim.
Y por casualidad paso por la calle que te vio llorar.
Trampas tiene la ciudad y ¿quién quiere escapar?

Llego a mi casa cansado, vencido y Penélope –es lista–
esta vez tampoco me esperó.
Pongo la tele; pongo la colada y nada
me hace escapar de tu recuerdo, del dolor.
Siento que muero y fuera en la calle ni París ni aguaceros.
Será el invierno, la gripe, el momento
o que no estás a mi lado.

Pero, aunque la vida tenga el mal gusto
de seguir su curso sin contar conmigo,
yo sé que un día será soleado y tranquilo
porque estarás tú.
Aunque el planeta no tenga la delicadeza
de pedir perdón por echarnos a un lado
de malas maneras para seguir su camino,
yo sé que un día todo será diferente,
feliz simplemente,
porque estarás tú,
porque estarán todas las noches de marzo
que yo te he robado frente a tu portal,
todas las nuevas promesas
que escriben la senda a Nunca Jamás,
todos los sueños y el tacto
leve de tus manos buscando en mi ropa,
todos los demonios buenos,
todos los deseos naciendo en tu boca.